Todas nuestras vísceras están ancladas a una estructura ósea a través de ligamentos y fascias (de ahí la importancia de que exista una buena movilidad del aparato locomotor para no crear disfunciones o falta de movilidad a la víscera), pero además, están unidas unas con otras a través de mesos, epiplones y ligamentos, presentando todas ellas, una relación muy estrecha e importante con el músculo diafragma.